miércoles, 12 de octubre de 2011

Un mal día

Si el Sol no saliese esta mañana por lo menos sería un acontecimiento interesante, pero seguro que se asoma y nos mira. A partir de hoy mi diversión está perdida, como un hueso enterrado en el jardín. Para encontrarlo necesito al perro que lo enterro, y no se cuál es. Sigue andando por la senda que mientras no veas un acantilado no tienes porque frenarte. No es tan fácil caerse por el acantilado, en serio, ¿por qué tanto miedo? Elige tu propia senda, si ves una acantilado es que no es la tuya, pero sigue intentándolo. Si pensamos en el tiempo que perdemos haciendonos preguntas absurdas veríamos que en ese tiempo podríamos cambiar de camino y seguir hacia delante. No hay señales de stop en mi vida, pago a gente fuerte para que las arranque del suelo y triture sus pedazos, me gusta hacerme pulseras con el metal que les saco. Podeis dispararme, no os lo agradecería nunca pero lo comprendería. Puedo entender casi todo menos a mi mismo. Conservo mis sentimientos en una caja debajo de la cama, no puedo perder lo único que merece la pena. Ojalá el Sol no saliese esta mañana.

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