Inferno

Bueno, pues otra noche más aumentando mi producción literaria con asuntos que no deberían interesar a nadie pero que interesan a mucha gente. Soy consciente de que el tiempo pasa y que si quiero hacer algo lo tengo que hacer ya. Me dicen que sueño con vivir de esto, y que los sueños casi nunca se cumplen. ¿Pero de qué voy a vivir entonces? Soy un inútil total para todo en la vida menos para escribir y amar (cosa que me han dicho van ligadas). Tengo la paciencia metida por el culo y el mundo no se da mucha prisa en ayudarme. Tendré que seguir con lo que hago, quizás intensificar mi marketing. La brisa del mar no siempre trae aroma a sal y eso, bien pensado, es tan obvio como que todos los pirómanos fuman. Recuerdos de mi colega Peter, el de las puertas del cielo y esa mierda. Últimamente le veo poco, el cielo no me está permitido estos días. Malas épocas hay muchas, yo solo quiero morir durante una buena. Supongo que el último pensamiento antes de morir tiene que ser la hostia. Imagina morir de un disparo mientras andas por la calle pensando en lo chungo que lo tienes para llegar a fin de mes y en lo que te jode que la mujer de tu vida esté por ahí follándose a otro. Prefiero pensar en una muerte tranquila, a lo mejor también de un disparo, pero tranquila, en la que estés pensando en lo preciosa que es la vagina de tu novia y lo a gusto que se va en tu descapotable fumándote un cigarro. Esa debe ser una buena muerte. Pero mientras pienso en morir y en buenas y malas épocas supongo que cada uno de vosotros tiene sus propios problemas, y como soy un chico sincero os confiaré que me importan una mierda. Me importan una mierda pero si me los contáis no pasa nada, escribo bien ergo doy buenos consejos. A mí no hay dios que me aconseje, soy inaconsejable. Estoy prácticamente seguro de que puedo ayudar yo más a un psicólogo que un psicólogo a mí. No me creo el más listo, ni el mejor en nada, pero que no tengo remedio es tan obvio como que todos los pirómanos fuman.