sábado, 9 de junio de 2012
Levante
En esta colina también hay olmos, y a veces los olmos dan peras. Sigo pensando que hay una fruta para cada persona y no tiene por qué ser media naranja. Desde mi balcón se ve un castillo y lo único que se me ocurre pensar es en la relación que tendrían el rey y la reina. ¿Se amarían o sería un amor de conveniencia como casi todos las relaciones nobiliarias de la época? Sería curioso que se amasen, y ver lo que se decían en una antigua lengua romance. No por ser manco tienes que haber combatido en Lepanto, y no por ser noble se te priva de sentimiento amoroso o de su deseo. Cada noche al tumbarme en la cama me paro a pensar en toda la gente que lo hace acompañado y pienso en que me gusta la soledad pero les envidio más que a nadie. La mejor representación de mi cerebro es Doscaras, el enemigo de Batman. Todo en la vida viene por cara o cruz y que te salga canto puede ser peor aún, salvo que sepas por donde viene el viento. Y si un gallo pone un huevo en un tejado sabremos que se trata de un gallo mutante que pone huevos, y que seguro que no vale para las peleas porque será un tanto afeminado. Por taparte con una sábana no desaparecen los monstruos.
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