domingo, 22 de enero de 2012
Cataclonk
Todos caemos, es la gravedad. Cuanto más grave es algo más fuerte caes, todo deriva de la gravedad. Nos mantenemos unidos por inercia. Alcémonos, necesitamos un cambio. Siempre hacemos lo mismo, la rutina generacional, esa decadencia generada por vivir para que los demás vivan. Actuar conforme nos han enseñado no es lógico. Que nos enseñen lo que quieran, pero actuaremos acorde a nosotros, no a nuestros modelos anteriores. Siento un cansancio en mi interior, un cansancio producto de la búsqueda de la satisfacción impersonal. No quiero más "por ellos", quiero más "por mí". Quiero sentir que lo que hago me gusta, quiero que mi vida se dedique a lo que mi vida quiera. Hay caminos por los que se mueve mucha gente, pero el camino mejor asfaltado es por el que va uno sólo. Vamos a romper las carreteras, y que cada cual se busque su senda. Y si en la tuya hay una roca muy grande pues te toca escalar, lo máximo que puedes sufrir es la muerte, y no va a ser para tanto. Somos uno más, no tenemos valía respecto a nosotros mismos. Partiendo de esa insignificancia de nuestra vida por lo menos haré lo que quiera en mis cortos días y largas noches.
jueves, 19 de enero de 2012
ATO
Se te ocurre una nueva locura, algo que ya haya oído mucha gente, pero le das otro nombre a las cosas. Les das nombres llamativos, que parezcan poderosos. Mientes, dices que tu vida ha sido muy dura y que gracias a esas ideas saliste adelante. Mueres dolorosamente, como muere un loco. Después de todo eso, en contra de toda lógica, seras un nuevo mesías. Así llaman a los locos, y religión a sus locuras. La intolerancia con la que gobernaron el mundo, esa intolerancia les debería ser devuelta. Quien aún hoy promueve corrientes de pensamiento inclinadas a la religiosidad debería ser erradicado. Son enfermos. Santa Teresa sufría de alucinaciones por un fármaco antitusivo, pero en vez de ver colores vio a Dios. Pues disculpen que les diga pero fue igualmente una loca. San Francisco de Asís perdió la cordura en la guerra y goza del mismo reconocimiento. Locos, por todas partes hay locos, pero dejan de llamarse locos cuando hay suficientes idiotas que les siguen. Llamadme loco.
martes, 10 de enero de 2012
Biombo
Noche tranquila, en el bar se está a gusto. Una chica en la esquina de la barra me mira mientras bebo cervezas. Lo he notado, lo sabe, lo hace a propósito. Nunca está de más. Le digo a la camarera que le lleve un tercio. Todo va bien, la chica sonríe al verme. La camarera lleva un tercio, se va a acercando a la chica. No contaba con el error humano. La camarera pasa de la chica y se lo da justo a la de al lado, que en este caso es un orco. Me pongo nervioso, la chica guapa me mira con enfado y se marcha, la chica orco me sonríe. Pago rápido, empiezo andar hacia la puerta pero la orco chica se interpone. Para mi sorpresa sabe hablar, dice que se llama Antonia. Sus gestos repelen a las cucarachas. Insiste en agradecerme la cerveza. Quiero decirle que ha sido un error pero temo que avise a Sauron, Legolas está lejos como para salvar a un murciano en un bar. Le digo al orco que tengo que irme, que es tarde y me duele el estómago. Parece que no va a cesar en su desesperado acoso, pero le da un ataque, algo así como un infarto, y consigo irme. Dios bendiga el colesterol.
domingo, 8 de enero de 2012
Culpable
Si echo un ojo a mi futuro veo un problema. Y viendo el problema creo que podría ir a la cárcel. La cárcel, ese hermoso lugar en el que siempre estar rodeado de amigos, fumar en lugares cerrados, donde puedes ir al gimnasio, donde puedes leer, donde tienes cama asegurada, donde los estudios son gratuitos... ¡Que paraíso la cárcel! ¿Quién quiere libertad teniendo todo en prisión? Solo por la comida y el alojamiento en otros sitios ya te piden la tarjeta de crédito. La cárcel no es un castigo sino un regalo, un regalo envuelto en rejas en lugar de lazos, pero un regalo al fin y al cabo. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los delincuentes viven como el culo la cárcel les debe parecer el Cielo en la tierra. Por muy mal que vaya encarrilada mi vida siempre me quedará la cárcel.
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