jueves, 19 de enero de 2012

ATO

Se te ocurre una nueva locura, algo que ya haya oído mucha gente, pero le das otro nombre a las cosas. Les das nombres llamativos, que parezcan poderosos. Mientes, dices que tu vida ha sido muy dura y que gracias a esas ideas saliste adelante. Mueres dolorosamente, como muere un loco. Después de todo eso, en contra de toda lógica, seras un nuevo mesías. Así llaman a los locos, y religión a sus locuras. La intolerancia con la que gobernaron el mundo, esa intolerancia les debería ser devuelta. Quien aún hoy promueve corrientes de pensamiento inclinadas a la religiosidad debería ser erradicado. Son enfermos. Santa Teresa sufría de alucinaciones por un fármaco antitusivo, pero en vez de ver colores vio a Dios. Pues disculpen que les diga pero fue igualmente una loca. San Francisco de Asís perdió la cordura en la guerra y goza del mismo reconocimiento. Locos, por todas partes hay locos, pero dejan de llamarse locos cuando hay suficientes idiotas que les siguen. Llamadme loco.

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