Un día entré en una atracción de una feria, no recuerdo que feria era y la atracción no tenía nombre. Entre gratis por guiñarle un ojo a la anciana de la taquilla. Al cruzar la puerta sólo pude pensar en que no había sido buena idea. Todo eran pasillos deformes de vivos colores que acababan en puertas gigantes o en puertas diminutas. No me gusta agacharme así que no pasé por las diminutas. De repente me encontré andando por el techo mientras abajo un payaso se reía y me gritaba "There's no rider my friend" al ritmo de una canción de Urthboy, en la siguiente sala todo eran espejos, como en esa película sobre la vida de Bruce Lee, y el payaso me seguía. Vi un cartel: DOS SALAS MÁS PARA SALIDA. Aceleré el paso mientras me seguía el payaso. y entonces...
Como siempre me sonó el puto despertador, me vestí y fui al instituto. Todo el día la musiquilla del carrusel sonó en mi cabeza.
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