martes, 10 de julio de 2012
Alto voltaje
En lo más profundo de mi cerebro hay algo malo y asqueroso que solo quiere lo que no tiene y que intentará joder todo lo que tenga. Mi casa nunca me parecerá buena, ni mi coche, ni mi chica. Después de un tiempo algo en mi interior me dirá que va siendo hora de cambiar, aunque al segundo anterior todo fuese perfecto. Si miras la vida a los ojos verás lo que necesitas, pero la vida tiene los ojos cerrados y se guarda muy bien los secretos. Quiero hacer felices a muchas chicas, pero eso nunca lo entenderán. Instinto básico. El instinto de competitividad, de propiedad. No nos gusta compartir y eso está en nuestra naturaleza. Si tus ojos me dicen que me quieren yo tendré los míos puestos en otra parte. Si tus ojos me dicen que dudan yo no podré dejar de mirarte. Es como eso que dicen de que siempre se desea lo que no se tiene, pero no tan sencillo. Hay tantos matices. Todo tiene demasiados matices. Maldigo al que gradúo los colores. Solo quiero dinero para vivir, y para vivir con alguien. Solo necesito mil euros de mierda al mes, pero no me puedo permitir trabajar. No estoy hecho para trabajar, no me gusta el trabajo. Un hombre feliz es un hombre ocupado, pero un hombre ocupado no puede disfrutar de su felicidad. Me duele el culo de estar sentado pero cuando me levanto me mareo. Hay tantas cosas ahí fuera que llevan mi nombre que no se cual coger. No puedo hacer daño otra vez, me hace sentir como un asesino. Un asesino de sueños. Espero que mis cagadas no dejen huella en la preciosa piel que siempre mereció algo más que yo. Le dije que buscase a alguien mejor, y me dijo que no había nadie mejor. Lo peor es que casi tenía razón, soy el hombre perfecto pero con un trastorno de más. Solo quiero que mi cerebro se aclare, que decida. Se que soy muy bueno con ellas, siempre pienso en ellas, dedico mi vida a ellas. Pero un día algo me dice que tengo que cambiar. La cago, y no quiero cagarla. Lo peor es que no siento pena por ellas, siento pena por mi mismo. Me hace feliz hacerlas felices, soy una ONG de amor pero de vez en cuando los aviones de ayuda se estrellan antes de lanzar las provisiones. Me siento como un cazador que odia las armas, un caza tesoros que quemó el mapa, una oruga con fobia a las mariposas, un paracaidista con vértigo, una embarazada que fuma. Y mientras tanto dejo el tiempo pasar y duermo, y sueño. De repente hay amigoshijoshermanosmatandogenteypastillasquesabenacieloperoquetebajanalinfiernoydictadoresconsusputasycondonespinchadosporculpadeunhijodeputaestérilyderepente... Otra vez despierto a dejar pasar el tiempo.
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